Siempre creemos que lo mejor de una ruta en BTT es el recorrido, el día, las vistas e incluso el esfuerzo realizado, pero en esta ocasión lo mejor de la ruta estuvo después con una reunión familiar del Club en la que pudimos saborear dos ollas ferroviarias preparadas con mucho cariño por nuestro chef particular "Mister".
LA CRÓNICA
Como siempre, a las nueve todo preparado para inciar la ruta.Mientras, se iban encendiendo las ollas.
El recorrido de este domingo era mas o menos la que se hizo en la ruta de los saharauis pero al reves.
Así es que lo primerito era subir por el monte de San Andrés.
Poco despues se pisaba carretera para llegar al alto Cildad.
El día estaba que si llovia, que si no....... pero con una temperatura buena para ir en bici, eso si, con un poco de abrigo.
Se hace una pequeña visita a ver que tal van los cocineros.
Y se sigue ruta para acabar pronto pensando en la deliciosa comida que están preparando nuestro chef.
Aquí tenemos al chef jefe y a su ayudante incondicional.
Como no, había que hacerse foto de grupo con nuestro chef.
Seguimos ruta y como no, subiendo y subiendo, y es que este recorrido es muy rompepiernas.
Pero hoy daba lo mismo, había que hacer hambre para después.
El pelotón seguía el trayecto elegido para este día bien juntos.
Aunque las características de la zona a veces hacia que cada cual bajase a su ritmo para evitar choques innecesarios.
Esta es una de las bajadas que se utilizará en la marcha nocturna de Aldro el próximo día 11 de noviembre. No parece gran cosa pero las condiciones cambian mucho de noche viendo solamente lo que te alumbra el foco del manillar.
Vamos poco a poco acabando la ruta.
Pero antes había que arreglar un pequeño problema técnico de Cobo.
Ruta acabada con exito y a una hora muy buena para ir a casa a darse una ducha y después a la reunión familiar del Club en la finca de Segundo.
Ya todos en la finca, ultimando los preparativos de la comida.
Mientras los chicos se lo pasaban en grande saltando a un montón de hojas que hacían de colchón.
Es hora de servir la comida preparada por el Mister.
Algunos habían traido también algunas biandas para comer como queso y tortilla.
Un auténtico festín el que nos dimos.
Y para rematar la faena, un regalo en forma de paraguas para todos los asistentes por gentileza de Agustín y de la mano de Ricardo.
Como no, en la sobremesa hablamos de recorridos, bicis y bicicletas. Es lo que hay.....
Otra grata sorpresa fue la visita de Picolo, al que hacia un buen tiempo que no le veíamos. Se le dio muchos ánimos para que vuelva pronto a montar en bici con el Club.
Solamente queda, dar gracias a los anfitriones, Segundo y Maricruz, por acogernos en su finca y a nuestro chef Mister por las dos ollas que nos preparó con mucho cariño.
Un día de los que tendría que haber a lo largo del año en mayor número.
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