domingo, 3 de mayo de 2015

5ª MARCHA BTT VALLE DE BUELNA 2015

LA CRÓNICA


El primer fin de semana del mes de mayo se ha celebrado la V edición de la marcha mtb valle de Buelna, con una participación de 298 inscritos, más los que se hayan apuntado el mismo día de la prueba.

Entre los inscritos había 4 chicas, que fueron Laura Pérez del Maestre, Laura García del Torrelavega, Mónica de un club de Asturias y nuestra querida arañita Pili.

No es normal que se hagan crónicas de pruebas realizadas, pero en este caso creo que hay que hacer una mención especial a Pili y me vais a perdonal pero lo tengo que contar, porque lo he vivido en primera persona hasta la última media hora de carrera.

 Para el domingo día 3, me había apuntado yo a la prueba, porque ya la hice en otras ediciones y me apetecía volver a repetirla. Como Pili está preparando el Soplao, le animé a que se apuntase y así lo hizo.

Viendo los días antes las inscripciones, pudimos ver que solamente había inscritas 4 chicas, y entre ellas Pili. Le pregunté que si quería probar a pisar podio y me dijo que por supuesto, así es que la emoción estaba asegurada...

A falta de diez minutos para dar la salida, cosa que se hizo a las nueve de la mañana, casi todo el mundo estaba ya colocado en la linea de salida, menos nosotros...

 Nuestro extreme Robertín también se había apuntado y estaba a medio pelotón en la salida, con lo que nos colamos y nos pusimos junto a él. Decir que a Roberto no le volvimos a ver el pelo hasta que llegamos a la línea de meta, ya duchadito y relajado como si no hubiese hecho nada.

 Es raro que en estas marchas no te encuentres con gente conocida.

 A las 9 en punto se da la salida y aunque los primeros kilómetros eran neutralizados,  en ocasiones nos teníamos que poner a más de 25 k/h  para no perder al pelotón. Por otra parte, que más daba perder el pelotón al principio que más tarde, si lo íbamos a perder de todas las maneras...

 Una vez pasado el pelotón por el centro de los Corrales de Buelna, se da la salida oficial para que los  bikers vayan cogiendo sitio con vista a subir las tan temidas rampas de hormigón de Somahoz.
Aquí perdí todo rastro de mi compañera. No sabía si se había quedado atrás por algún problema mecánico o me había adelantado sin darme cuenta.

Me fui quedando poco a poco atrás para ver si asomaba y subir juntos las rampas, pero nada, no aparecía por ningún lado. Pensé que me habría adelantado y no me había dado cuenta, o por lo menos eso esperaba.

Las rampas empezaron y aquí cada uno se defendía como podía.

Unos subieron a pie, otros subieron montados en la bici y algunos incluso soltando una de las manos para decir que todo, de momento, iba ok.


En mi afán de seguir haciendo fotos y vídeos, perdí el equilibrio con otro participante y se me cayó la cámara al suelo. A la cámara no la pasó nada pero yo tuve que subir un buen trozo a pie porque entre la gente no podía ni siquiera intentar subir.Mientras seguía pensando en mi compañera. Seguía sin saber nada de ella.
En cuanto pude, me subí a la bici y empecé a adelantar gente que iba andando por los laterales de la rampa, dejando un pasillo central por donde los que íbamos montados podíamos seguir nuestro camino. Entre esta gente subía una de las chicas, en concreto Laura García (MTB Torrelavega).


Cuando ya quedaba muy poco para acabar el hormigón, veo a unos 30 metros la silueta de Pili. Uffff, se me quitó un peso muy grande de encima, aunque la bici seguía pesando lo mismo, brrrrrrrrrr.
La cogí justo cuando acababa el hormigón y a partir de ahí ya fuimos juntos. Le dije que acababa de pasar a una de las chicas, contestándome con un esbozo de sonrisa, y es que el esfuerzo de subir estas rampas no te deja hacer mucho más.

 Una vez pasado el refugio de Brazo, nos encontramos con unos amigos de Pili que le dicen que tiene una a 20 metros, pero por delante o por detrás ?????. Pili pensó que por detrás, pero yo miraba y no veía a Laura García, que es a la que adelanté subiendo las rampas de Somahoz.

Una vez llegado a Bostronizo (al fondo), nos dirigimos hacia Barriopalacio en Anievas.
Antes de empezar el descenso hacía dicho pueblo, conseguimos coger a Laura Perez y su acompañante. Es tal la alegría que me da que inmediatamente se lo digo a Pili para que vea que el esfuerzo realizado hasta el momento ha valido la pena, y es que hemos ido a una marcha bastante curiosa.
Supusimos que Laura iba la primera ya que Mónica, la asturiana, el día anterior había llegado muy tarde y hoy no iba a ser diferente. Nos encontrábamos justo detrás de la primera y había que pensar en una estrategia. Le dije a Pili que lo mejor era seguir detrás de ella para controlar la carrera y así descansar un poco.
Por desgracia y por la ilusión del momento no tengo foto de este encuentro.

Una vez iniciado el descenso a Barriopalacio, Laura y su compañero se lanzaron con soltura. Yo les seguía pero Pili se iba quedando. Lo de Pili no es precisamente bajar a tumba abierta, aunque no lo hace del todo mal la joia !!!

Que podía hacer yo ???, pues adelantar a esta pareja y ponerme justo por delante para intentar frenarles y de esta manera Pili fuese recuperando terreno.

Una vez llegado abajo, Laura y su compañero siguieron hacia adelante mientras yo esperaba a Pili a que acabase de bajar.


No habíamos conseguido que volviese a empalmar con ellos, pero tampoco estaban demasiado lejos, de hecho ese gesto que lleva no es de sufrimiento sino de alegría por estas metida en el cotarro.

 Yo me quedo cogiendo algo de comida en el avituallamiento de Barriopalacio mientras Pili sigue en persecución de Laura.

Cual es mi sorpresa cuando, antes de volver a contactar con mi compañera de aventura, adelanto a Laura que parecía que se quedaba esperando a su compañero.

El ascenso hacia el alto de Silió era perfecto para Pili, que impuso su ritmo que pocos podía seguir.

No es que cantásemos victoria, pero era un buen momento para hacernos una foto juntos en plena marcha. Yo iba mirando de vez en cuando hacia atrás y no alcanzaba a ver a Laura. Eso daba un poco de tranquilidad a Pili. Y digo poco, porque el ritmo impuesto por esta animala seguía siendo curioso.

Una vez coronado el alto de Silió, miro por detrás sin seguir viendo a nuestros perseguidores. También es cierto que no llevaba las gafas puestas y de lejos, todos los gatos son pardos...

 Bajamos hacía Silio con suficiente ventaja para poder ir disfrutando del descenso.

Lo que no sabíamos es que al acabar de dar esta curva el grupito en el que estamos metidos Pili y yo, arriba aparece Laura y su compañero (en el círculo rojo). Cuando vuelvo a montar en la bici, sigo el descenso tras ellos (mecagüenlalechepuñetera).

Al inciar el ascenso hacia la autovía del agua, consigo remontar y volver a coger a Pili. Le explico que tenemos a 20 metros a Laura y su inseparable compañero. Y como dice una amiga que tengo (acción reacción), tras decirle esto, aprieta el pedaleo y empieza a subir como una posesa.
Creo que es en esta subido donde yo ya empezaba a notar que mis piernas no querían subir tan rápido.

Llegamos al avituallamiento que está justo antes de hacer contacto con la autovía del agua y Pili me alcanza su ponchera y me "ORDENA", que le llene de agua con un poco de aquarius, para recuperar minerales, y también algo de comida.

Yo obediente, me quedo en dicho avituallamiento haciendo las compras y viendo como ella se va marchando por la braña perdiéndola de vista antes de empezar a llenar las poncheras, ufffffff.

Salgo pitando, o por lo menos eso intentaba por que mis patas no daban para más, y a unos 50 metros me doy cuenta que no he cogido nada de comer (como para volverme). Aún me quedaba medio plátano en el bolsillo, así que para arriba a ver si conseguía cogerla. No la veía, de verdad. Mis piernas estallaban y yo no conseguía ver a Pili en la lejanía. Decir que nuestros perseguidores no habían llegado al avituallamiento cuando yo arrancaba. Será porque Pili puso un ritmo endiablado ????, ehhhhh Piluchi ??????.

A partir de aquí no tengo ni fotos ni nada, porque bastante tenía con pedalear para intentar coger a mi compañera.

Ya casi acabando la dichosa autovía del agua, tengo a Pili a escasos 30 metros. Ella al verme se paró, ya que subía andando, que sino, y con voz imperativa me alargó la mano pidiéndome su ponchera para poder beber el rico elemento.

Seguimos juntos para arriba, ella con más soltura que yo, porque yo ya estaba para el arrastre.

 Una vez remontada la autovía, bajamos a gran velocidad y consigo adelantar a Pili.

 Ella dice que baja despacio, pero tela marinera......

La subida de las lastras del Portillón fueron para mi un calvario ya que me empezaron a dar calambres. A Pili le dije que tirase para adelante que ya me las apañaba. Otro participante me dio una barrita que era como membrillo pero más seco y pastoso que yo que se. Entre esto y un poco que troté, conseguí soltar las piernas y volver a pedalear.

A los poquitos kilómetros conseguí volver a conectar con el grupito en el que estaba Pili.

En el último sendero que sube a lo alto de monte Tejas, otra vez al suelo para subir andando todo aquello. Entre que mis piernas eran puro garrote por todos los lados y que veía que el resto se iban alejando, entre ellos Pili, mi moral se estaba empezando a minar. No podía dar un paso en condiciones porque llevaba los isquiotibiales como piedras, haciendo amago de calambre a cada paso (que pena de hombre).

Una vez arriba, me lanzo y consigo adelantar a Pili a la que digo según paso que en la subida a lo alto del matadero, última subida, la espero.

Si si, en cuanto empecé a subir, catapúm, nuevo garrotazo a mis piernas y al suelo a estirar. A los pocos segundos pasó Pili con su pedaleo constante y con la ilusión de llegar a meta en el puesto en el que se encontraba, LA PRIMERA.

 Y así fue, a las 3 horas y 50 minutos, nuestra Pili entraba en primer lugar de las féminas haciendo bueno todo el esfuerzo realizado hasta el momento.

Muestra de la alegría fue el abrazo que dió a Blanca y a Ángel que allí estaban para recibirla.

 Como no, también estaba esperándola Mario, con una sonrisa que lo dice todo.

 Mientras yo estaba acabando de subir a lo alto del matadero para después bajar hacía Somahoz a toda velocidad con la ilusión de volver a coger a Pili y llegar juntos y victoriosos a meta, pero la mala suerte se me presentó en forma de reventón de la rueda trasera. Toda mi ilusión por los suelos. Solamente me quedaba cambiar la cámara y acabar la prueba.
Un kilómetro antes de la llegada, me cogían nuestros perseguidores con los que entré a meta con 4 horas y 5 minutos.

 Pili dándome las gracias por ser su gregrario, pero la verdad es que esta chica tiene potencial suficiente para hacerlo ella solita sin ayuda de nadie.

 Después de la merecida ducha, un masaje para intentar calmar a la bestia que tenía en las piernas dándome golpes por todas las partes.

Por cierto Pili, la próxima vez te va a hacer de gregario tu marido, guapa......  ;)

Un podio que difícilmente va a poder olvidar nuestra compañera de Club.


Enhorabuena Pili



Agradecimiento a las fotos realizadas por Blanca.








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